Todos hemos escuchado alguna vez el término de producto
sustentable pero muy pocos son capaces de definirlo con exactitud. En un mundo
actual se producen más de 30 toneladas
métricas de desechos por cada tonelada de producto final que llega al
consumidor. Posteriormente, el 98% de esos bienes se eliminan en menos de
seis meses, por lo que parece ser una aberración no conocer los impactos ambientales y sociales de la
fabricación y fin de su vida útil de cualquier objeto.
Según Edwin Datschefski, un reconocido profesional experto
en ecología y negocios y autor del libro La
belleza de los productos Sustentables, un producto sustentable se
basa en cinco principios:
- Cíclico, el producto se hace con materiales orgánicos degradables o con minerales que se reciclan de manera continua en un circuito cerrado. Es decir, se utilizan los materiales en ciclos y, en lugar de emitir desechos y venenos que ya no se pueden usar, se emiten materiales que puedan ser un “alimento” para algo más.
- Solar, en su fabricación y su uso los productos solo consumen energía renovable que es cíclica y segura. Algunos ejemplos serían, celdas fotovoltaicas en las que se aprovecha la energía del sol, energía de las olas, energía muscular.
- Seguro, todas las emisiones hacia el aire, el agua, el terreno o el espacio, son alimento para otros sistemas. Esta frase expresa la idea de que en la naturaleza, aun cuando se tienen productos de desecho, como las hojas secas en otoño, siempre hay otros organismos que puede usarlos.
- Eficiente, los productos en su fabricación y en su uso requieren 90% menos de energía, materiales y agua que lo que requirieron los productos equivalentes fabricados en 1990. Este concepto se conoce como ecoeficiencia.
- Social, la manufactura y el uso del producto apoyan los derechos humanos básicos y la justicia natural. No deberían incluir maltrato laboral, explotación humana ni trabajo infantil.
¿Sabes si están
hechos de materiales reciclados, o si se pueden reciclar?
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